lunes, 12 de abril de 2010

De malévolo a justiciero

Resulta interesante repasar la historia de Fantomas, quien es representado como un héroe justiciero, con preocupaciones intelectuales y de corte revolucionario, enfrentado contra las grandes multinacionales, en profética anticipación de esta era globalizada, en donde se pierde el sabor local tradicional, por el ambiente igual, uniforme, incoloro e inoloro –por así manifestarlo-.

Fantomas es la figura protagonista, es ese individuo del cual ignoramos su rostro, pero no es el “héroe”, por el contrario, es el villano de la historia, un criminal refinado e intelectual, que por su astucia, elegancia y toque misterioso despierta admiración, se trataría de lo más cercano al "antihéroe"; su objetivo al delinquir, al parecer es su forma de existencia, rechazando las reglas de la sociedad.

Resalta el observar que el personaje de Julio Cortázar al echar un vistazo en Internet, trascendió las obras artísticas, literarias o cinematográficas, que se verían como simple explicación de sus perversas acciones, hasta el punto de conformarse una "sociedad de amigos de Fantomas", integrada por un selecto grupo de intelectuales.

Se trata de una figura, rodeada de las mismas características de un Julio Scherer visitando y entrevistando a su vez a Ismael “el Mayo” Zambada García – buscadísimo narcotraficante y archirrival de las instituciones gubernamentales-, por ejemplo, que a pesar de su naturaleza repulsiva proyecta un espíritu romántico, y sobre todo, genera controversia.

En qué momento, cambió la personalidad de Fantomas, de ser malévolo a justiciero social? Personalmente ignoro cuando se produjo esta transformación, o esta reivindicación política del individuo. Pero sin duda, es una buena excusa para leer esa pequeña obra magistral de Julio Cortázar, la cual es más trascendente de lo que aparenta y menos densa de lo que sugiere.

martes, 6 de abril de 2010

En Malos Pasos

La forma en cómo los líderes de opinión y los principales medios de comunicación están informando con noticias, informes, reportajes y opiniones, realmente me hace recordar a la manera en cómo caímos en el juego de la “Época Salinas”, pues hoy buscan confundir a la opinión pública y provocar la confusión y caos en el país –tal y como en aquellos tiempos-.

Es una opinión que amerita un análisis de fondo y forma, pues algunos periodistas aprovechando su ubicación estratégica en medios de comunicación de especial influencia se han dedicado a manipular a la masa a diestra y siniestra.

Qué buscan los señores Javier A La Torre y Joaquín López Dóriga, uno en el prestigioso noticiero estelar del gigante Televisa y el segundo en Hechos de la Noche transmitido por TV Azteca, con comentarios y opiniones antojadizos y parcializados tratando de demostrar algo que no pueden comprobar, señalando versiones que no son exactas y mucho menos comprobables.

A ello, le agregan comentarios aterradores acusando por ejemplo al gobierno de haber mandado al matadero a los valientes policías que fueron a cumplir su labor, misión que ellos mismos eligieron sabiendo que su profesión es de alto riesgo.

¿Cuál es el encanto de generar inestabilidad entre el pueblo mexicano?, ¿Por qué se ponen en el papel de justificar la matanza de los policías por parte del Gobierno?

En ese mismo camino se manifiestan los demás periodistas de las mismas cadenas televisivas y radiofónicas de siempre, de los poderosos.

¿Qué buscan estos señores?, ¿Cuál es su juego en la sociedad?, ¿A qué intereses responden?

Es la misma posición ciega de los periodistas de los años 90 que justificaban las malas acciones de los gobernantes; les perdonaban la vida a los responsables del mal paso del país.

No se trata de defender al gobierno, ni atacar a los periodistas, ni mucho menos justificar un conflicto mal manejado, pero también hay que reconocer que la democracia vive bajo una presión mediática donde la cultura de la sospecha es fundamental, colocando como negativa y mala cualquier acción de defensa y de enfrentamiento a posiciones encontradas.

Por eso la comparación con la prensa de los años 90, se observaban lejos las acciones criminales de los políticos a través de sus palabras, cambiando cuando toda esa acción demencial llegaba a cada región de la república, cada estado y cada municipio.

El esclarecimiento, el equilibrio y la serenidad en la hora de informar debe ser indispensable con explicaciones que ubiquen a la masa en el sentido real de la problemática que hoy vive la misma ciudadanía.

Al mismo tiempo, es necesario precisar que no se busca -de ninguna manera- impunidad en nada, ni borrón y cuenta nueva, sólo se busca hacer entender que se debe mejorar el buen manejo de la información a través de los medios masivos, gracias al desafortunado gran impacto que generan estos en la indefensa sociedad.

miércoles, 24 de marzo de 2010

La seriedad y consistencia pagan más que la fama

Todas las profesiones y oficios son tentados a la sospecha. Pero en el caso del periodismo la confianza y la fe son elementos extremadamente críticos, porque la prensa es la clara evidencia de lo público.
Pero en estos momentos en que casi en la totalidad de los periodistas, y en el caso de Hidalgo pasan sus días idolatrando al gobernador Miguel Osorio es de preocupar, pues aquellos profesionales que mucho olvidan que su rol no es presentar las creaciones del ahora llamado “gobernador de las obras”, ni consolidar un héroe que quede para la eternidad, con quien muchos incluso se retratan. Ellos están ahí precisamente para contar la historia no oficial, aquella que es mucho más dura, cruel e injusta. La que las autoridades no están dispuestas a contar.
En una época en que los medios y el rol de los periodistas están en crisis, es importante resaltar qué es lo esencial del oficio y cuál es su real valor.
Por cierto, a todos nos encantaría fotografiarnos con la celebridad más popular del planeta. E incluso la foto en sí no es grave. Pero esta profesión, como todas, exige ciertos costos que cualquier periodista conoce. No se puede uno pasar por fan aunque admire; ni por amigo de la fuente aunque uno quiera; ni por estrella aunque la industria lo pida. Los valores de los periodistas son también la reputación y la credibilidad.
Hoy el periodismo ve con incertidumbre su futuro, y el valor percibido del oficio es cada vez más indefenso.
Necesitamos estar seguros de que los periodistas van a ser implacables cuando deban cuestionar a la autoridad, independiente de su cercanía, simpatía o adhesión popular.
No hay ningún periodista que no haya transitado por esta línea delgada. Por cierto, en cuanto a lo anterior cabe resaltar que los medios hidalguenses que constantemente realizan desmedidos festines con los principales funcionarios de la luminaria son los mismos que solapan en los rotativos día a día las palabras de las llamadas “personas públicas”.
Pero los tiempos no permiten mirar hacia otro lado para evitar los errores y el disimulo de tontos graves. En el largo plazo, en esta profesión como en otras, la seriedad y la consistencia siempre pagan más que la fama.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Que si son buenos, que si son malos...

LOS MEDIOS SON SÓLO MEDIOS

La llegada de los medios de masas a la vida cotidiana, ha representado un papel determinante en la construcción de la realidad. La mayoría de los eventos sociales que se observan en la vida "común" tienen su razón en el tratamiento que le dan los medios de masas y prácticamente se ha hecho una costumbre ver reflejada la realidad en las pantalla del televisor, escucharla a través de la radio, leerse en los periódicos y propagarse por Internet, de tal manera que si algo no sucede ahí, simplemente no ha sucedido.
Se ha convertido en un hecho común, atribuirle a los medios de masas la razón de todos nuestros males; palabras como manipulación, distorsión, perversión, etc., son ahora una especie de sinónimos para referirse a los medios de masas; probablemente algo ha sucedido al interior de ellos que se han ganado que se les identifique de esa manera. Pero ¿será cierto que manipulan, que esconden una intención oscura, que abusan de los escándalos... o simplemente será que todo ello es parte de su propia razón de ser?
Para hablar sobre los medios de masas en la sociedad, es necesario partir de parámetros de observación más o menos equitativos para todos nosotros, es decir, debemos terminar con viejos mitos e incorporar nuevas visiones, que permitan tener mayores elementos de análisis y contrarrestar esa prisa imparable de los medios de masas, de lo contrario probablemente podríamos caer en el mismo error de la desprestigiada religión.
Por ejemplo, ni la información ni la representación que se hace en los medios sobre el arte, es arte; ni la información ni la representación sobre la ciencia, es ciencia; ni la información ni la representación sobre política, es política. Entonces valdría preguntar ¿qué es?
Cuando observamos contenidos de política en los medios de masas, se piensa que es la política la que determina ese contenido. Lo mismo sucede con la religión, la ciencia, el arte, etc. Sin embargo esto no es así. Los medios son sólo eso: medios.
En nuestro país, los medios de masas tienen una influencia desbordada sobre los eventos sociales que incluso se les ha llegado a llamar "el cuarto poder", a lado del Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Sin embargo, a pesar de la evidencia, los medios de masas no son para nada el cuarto poder; primero, porque no tienen la estructura de los poderes anteriores, y segundo, porque sus operaciones son distintas, simplemente no es gubernamental; insistimos, los medios de masas tienen entonces la capacidad de estabilizar el sistema de la sociedad.
De esta manera, se puede considerar que podemos partir con estas ideas básicas que nos harán comprender por qué los medios de masas se desarrollan a una velocidad desmedida y tienen urgencia por poner en la opinión pública los temas de la vida cotidiana con un particular punto de vista.

miércoles, 10 de marzo de 2010

La diferencia entre informar y persuadir

Medios y propaganda…
Parece que hay que ir al grano. De acuerdo.
Es preciso definir que según la Real Academia Española (RAE), la propaganda es la acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores.
Comenzamos entonces por exponer: LOS MEDIOS NO MANIPULAN. Quien piense de esa manera, lo más seguro es que tenga una visión errónea de las cosas.
Es común hablar de los medios de comunicación en lo general, que si los medios han creado una campaña propagandística en contra o a favor, de cualquier cosa o personaje, que los medios manipulan la información y no dan a conocer la verdad, que los medios son tan poderosos que son capaces de derrocar a un gobierno. Sin embargo, esto no es así.
Hay de medios a medios, por tanto lo primero que debemos hacer es dejar de usar el genérico para nombrar a los “medios”, que a final de cuentas no conduce a ningún lugar, porque tan medios son los periódicos Reforma y El Universal y sin embargo su línea editorial es diferente, lo mismo sucede, en el caso de los diarios Metro y Alarma, que tienen una ideología radicalmente diferente.
Los medios de comunicación juegan un papel de relevancia en la construcción de la realidad, la modernidad es de alguna manera modernidad gracias a los medios. Estos tienen el gran poder de persuadir mediante la propaganda, por ejemplo, al ver que de la nada crece un líder, o un producto a nivel masivo.
Los medios de masas, simplemente cumplen con su función sustantiva: comunicar, transferir información; pero si esta información sirve para motivar las acciones de la política, la economía, la religión, la ciencia, etc., eso es otra cosa.
Es decir, en el rubro burocrático por mencionar algún caso, darle crédito a bocas turbulentas mediante la propaganda es una apuesta peligrosa. Nutrir intrigas suele convertirse en un ejercicio que provoca un placer insano, porque inevitablemente obtendremos el efecto de escupir hacia arriba. Y es así que se observa la importancia y validez de la propaganda dependiendo a que santo se le rece.
Analizar los medios es una tarea compleja que difícilmente se puede exponer en una lectura apresurada, pero también los medios se desenvuelven con un dinamismo que, si no es en ellos mismos donde se de el mensaje, difícilmente se dará en otro espacio. Porque en otros espacios no se estaría caminando a su propio ritmo.

miércoles, 24 de febrero de 2010