Todas las profesiones y oficios son tentados a la sospecha. Pero en el caso del periodismo la confianza y la fe son elementos extremadamente críticos, porque la prensa es la clara evidencia de lo público.
Pero en estos momentos en que casi en la totalidad de los periodistas, y en el caso de Hidalgo pasan sus días idolatrando al gobernador Miguel Osorio es de preocupar, pues aquellos profesionales que mucho olvidan que su rol no es presentar las creaciones del ahora llamado “gobernador de las obras”, ni consolidar un héroe que quede para la eternidad, con quien muchos incluso se retratan. Ellos están ahí precisamente para contar la historia no oficial, aquella que es mucho más dura, cruel e injusta. La que las autoridades no están dispuestas a contar.
En una época en que los medios y el rol de los periodistas están en crisis, es importante resaltar qué es lo esencial del oficio y cuál es su real valor.
Por cierto, a todos nos encantaría fotografiarnos con la celebridad más popular del planeta. E incluso la foto en sí no es grave. Pero esta profesión, como todas, exige ciertos costos que cualquier periodista conoce. No se puede uno pasar por fan aunque admire; ni por amigo de la fuente aunque uno quiera; ni por estrella aunque la industria lo pida. Los valores de los periodistas son también la reputación y la credibilidad.
Hoy el periodismo ve con incertidumbre su futuro, y el valor percibido del oficio es cada vez más indefenso.
Necesitamos estar seguros de que los periodistas van a ser implacables cuando deban cuestionar a la autoridad, independiente de su cercanía, simpatía o adhesión popular.
No hay ningún periodista que no haya transitado por esta línea delgada. Por cierto, en cuanto a lo anterior cabe resaltar que los medios hidalguenses que constantemente realizan desmedidos festines con los principales funcionarios de la luminaria son los mismos que solapan en los rotativos día a día las palabras de las llamadas “personas públicas”.
Pero los tiempos no permiten mirar hacia otro lado para evitar los errores y el disimulo de tontos graves. En el largo plazo, en esta profesión como en otras, la seriedad y la consistencia siempre pagan más que la fama.
miércoles, 24 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
Que si son buenos, que si son malos...
LOS MEDIOS SON SÓLO MEDIOS
La llegada de los medios de masas a la vida cotidiana, ha representado un papel determinante en la construcción de la realidad. La mayoría de los eventos sociales que se observan en la vida "común" tienen su razón en el tratamiento que le dan los medios de masas y prácticamente se ha hecho una costumbre ver reflejada la realidad en las pantalla del televisor, escucharla a través de la radio, leerse en los periódicos y propagarse por Internet, de tal manera que si algo no sucede ahí, simplemente no ha sucedido.
Se ha convertido en un hecho común, atribuirle a los medios de masas la razón de todos nuestros males; palabras como manipulación, distorsión, perversión, etc., son ahora una especie de sinónimos para referirse a los medios de masas; probablemente algo ha sucedido al interior de ellos que se han ganado que se les identifique de esa manera. Pero ¿será cierto que manipulan, que esconden una intención oscura, que abusan de los escándalos... o simplemente será que todo ello es parte de su propia razón de ser?
Para hablar sobre los medios de masas en la sociedad, es necesario partir de parámetros de observación más o menos equitativos para todos nosotros, es decir, debemos terminar con viejos mitos e incorporar nuevas visiones, que permitan tener mayores elementos de análisis y contrarrestar esa prisa imparable de los medios de masas, de lo contrario probablemente podríamos caer en el mismo error de la desprestigiada religión.
Por ejemplo, ni la información ni la representación que se hace en los medios sobre el arte, es arte; ni la información ni la representación sobre la ciencia, es ciencia; ni la información ni la representación sobre política, es política. Entonces valdría preguntar ¿qué es?
Cuando observamos contenidos de política en los medios de masas, se piensa que es la política la que determina ese contenido. Lo mismo sucede con la religión, la ciencia, el arte, etc. Sin embargo esto no es así. Los medios son sólo eso: medios.
En nuestro país, los medios de masas tienen una influencia desbordada sobre los eventos sociales que incluso se les ha llegado a llamar "el cuarto poder", a lado del Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Sin embargo, a pesar de la evidencia, los medios de masas no son para nada el cuarto poder; primero, porque no tienen la estructura de los poderes anteriores, y segundo, porque sus operaciones son distintas, simplemente no es gubernamental; insistimos, los medios de masas tienen entonces la capacidad de estabilizar el sistema de la sociedad.
De esta manera, se puede considerar que podemos partir con estas ideas básicas que nos harán comprender por qué los medios de masas se desarrollan a una velocidad desmedida y tienen urgencia por poner en la opinión pública los temas de la vida cotidiana con un particular punto de vista.
La llegada de los medios de masas a la vida cotidiana, ha representado un papel determinante en la construcción de la realidad. La mayoría de los eventos sociales que se observan en la vida "común" tienen su razón en el tratamiento que le dan los medios de masas y prácticamente se ha hecho una costumbre ver reflejada la realidad en las pantalla del televisor, escucharla a través de la radio, leerse en los periódicos y propagarse por Internet, de tal manera que si algo no sucede ahí, simplemente no ha sucedido.
Se ha convertido en un hecho común, atribuirle a los medios de masas la razón de todos nuestros males; palabras como manipulación, distorsión, perversión, etc., son ahora una especie de sinónimos para referirse a los medios de masas; probablemente algo ha sucedido al interior de ellos que se han ganado que se les identifique de esa manera. Pero ¿será cierto que manipulan, que esconden una intención oscura, que abusan de los escándalos... o simplemente será que todo ello es parte de su propia razón de ser?
Para hablar sobre los medios de masas en la sociedad, es necesario partir de parámetros de observación más o menos equitativos para todos nosotros, es decir, debemos terminar con viejos mitos e incorporar nuevas visiones, que permitan tener mayores elementos de análisis y contrarrestar esa prisa imparable de los medios de masas, de lo contrario probablemente podríamos caer en el mismo error de la desprestigiada religión.
Por ejemplo, ni la información ni la representación que se hace en los medios sobre el arte, es arte; ni la información ni la representación sobre la ciencia, es ciencia; ni la información ni la representación sobre política, es política. Entonces valdría preguntar ¿qué es?
Cuando observamos contenidos de política en los medios de masas, se piensa que es la política la que determina ese contenido. Lo mismo sucede con la religión, la ciencia, el arte, etc. Sin embargo esto no es así. Los medios son sólo eso: medios.
En nuestro país, los medios de masas tienen una influencia desbordada sobre los eventos sociales que incluso se les ha llegado a llamar "el cuarto poder", a lado del Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Sin embargo, a pesar de la evidencia, los medios de masas no son para nada el cuarto poder; primero, porque no tienen la estructura de los poderes anteriores, y segundo, porque sus operaciones son distintas, simplemente no es gubernamental; insistimos, los medios de masas tienen entonces la capacidad de estabilizar el sistema de la sociedad.
De esta manera, se puede considerar que podemos partir con estas ideas básicas que nos harán comprender por qué los medios de masas se desarrollan a una velocidad desmedida y tienen urgencia por poner en la opinión pública los temas de la vida cotidiana con un particular punto de vista.
miércoles, 10 de marzo de 2010
La diferencia entre informar y persuadir
Medios y propaganda…
Parece que hay que ir al grano. De acuerdo.
Es preciso definir que según la Real Academia Española (RAE), la propaganda es la acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores.
Comenzamos entonces por exponer: LOS MEDIOS NO MANIPULAN. Quien piense de esa manera, lo más seguro es que tenga una visión errónea de las cosas.
Es común hablar de los medios de comunicación en lo general, que si los medios han creado una campaña propagandística en contra o a favor, de cualquier cosa o personaje, que los medios manipulan la información y no dan a conocer la verdad, que los medios son tan poderosos que son capaces de derrocar a un gobierno. Sin embargo, esto no es así.
Hay de medios a medios, por tanto lo primero que debemos hacer es dejar de usar el genérico para nombrar a los “medios”, que a final de cuentas no conduce a ningún lugar, porque tan medios son los periódicos Reforma y El Universal y sin embargo su línea editorial es diferente, lo mismo sucede, en el caso de los diarios Metro y Alarma, que tienen una ideología radicalmente diferente.
Los medios de comunicación juegan un papel de relevancia en la construcción de la realidad, la modernidad es de alguna manera modernidad gracias a los medios. Estos tienen el gran poder de persuadir mediante la propaganda, por ejemplo, al ver que de la nada crece un líder, o un producto a nivel masivo.
Los medios de masas, simplemente cumplen con su función sustantiva: comunicar, transferir información; pero si esta información sirve para motivar las acciones de la política, la economía, la religión, la ciencia, etc., eso es otra cosa.
Es decir, en el rubro burocrático por mencionar algún caso, darle crédito a bocas turbulentas mediante la propaganda es una apuesta peligrosa. Nutrir intrigas suele convertirse en un ejercicio que provoca un placer insano, porque inevitablemente obtendremos el efecto de escupir hacia arriba. Y es así que se observa la importancia y validez de la propaganda dependiendo a que santo se le rece.
Analizar los medios es una tarea compleja que difícilmente se puede exponer en una lectura apresurada, pero también los medios se desenvuelven con un dinamismo que, si no es en ellos mismos donde se de el mensaje, difícilmente se dará en otro espacio. Porque en otros espacios no se estaría caminando a su propio ritmo.
Parece que hay que ir al grano. De acuerdo.
Es preciso definir que según la Real Academia Española (RAE), la propaganda es la acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores.
Comenzamos entonces por exponer: LOS MEDIOS NO MANIPULAN. Quien piense de esa manera, lo más seguro es que tenga una visión errónea de las cosas.
Es común hablar de los medios de comunicación en lo general, que si los medios han creado una campaña propagandística en contra o a favor, de cualquier cosa o personaje, que los medios manipulan la información y no dan a conocer la verdad, que los medios son tan poderosos que son capaces de derrocar a un gobierno. Sin embargo, esto no es así.
Hay de medios a medios, por tanto lo primero que debemos hacer es dejar de usar el genérico para nombrar a los “medios”, que a final de cuentas no conduce a ningún lugar, porque tan medios son los periódicos Reforma y El Universal y sin embargo su línea editorial es diferente, lo mismo sucede, en el caso de los diarios Metro y Alarma, que tienen una ideología radicalmente diferente.
Los medios de comunicación juegan un papel de relevancia en la construcción de la realidad, la modernidad es de alguna manera modernidad gracias a los medios. Estos tienen el gran poder de persuadir mediante la propaganda, por ejemplo, al ver que de la nada crece un líder, o un producto a nivel masivo.
Los medios de masas, simplemente cumplen con su función sustantiva: comunicar, transferir información; pero si esta información sirve para motivar las acciones de la política, la economía, la religión, la ciencia, etc., eso es otra cosa.
Es decir, en el rubro burocrático por mencionar algún caso, darle crédito a bocas turbulentas mediante la propaganda es una apuesta peligrosa. Nutrir intrigas suele convertirse en un ejercicio que provoca un placer insano, porque inevitablemente obtendremos el efecto de escupir hacia arriba. Y es así que se observa la importancia y validez de la propaganda dependiendo a que santo se le rece.
Analizar los medios es una tarea compleja que difícilmente se puede exponer en una lectura apresurada, pero también los medios se desenvuelven con un dinamismo que, si no es en ellos mismos donde se de el mensaje, difícilmente se dará en otro espacio. Porque en otros espacios no se estaría caminando a su propio ritmo.
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